Edición Diseño y Fotografía: Carolina Guzmán Sánchez || @CarolJAngel
Redacción: Julián Ruíz
Hace poco elegí cambiar mi frase de batalla «el tiempo es oro, no lo desperdicies» por «la vida es oro, no la desperdicies»
Solía correr la maratón diaria de los 1000km mentales. Era un hábito al que me había acostumbrado a vivir sin medir consecuencias. Todo el tiempo preocupado por todos y todas sin hacer un pare. Me saltaba las horas del almuerzo y del desayuno ni hablar con tal de llegar de primeras al trabajo para ascender muy pronto a gerencia de recursos humanos. Esa era mi única opción desde que me recibí como Ingeniero. Las mejores calificaciones, universidad prestigiosa. Ingresé por beca y como fuera tenía que destacarme.
Pase por alto todas las luces naranjas a pesar de mi juventud. Solo combatía mi mente «ruidosa» que me decía todo el tiempo: oye tienes que parar, descansa un rato, el éxito llega si tienes buenos tratos para contigo mismo. Yo dije: No! los que se detienen son los cobardes, los que hacen meditación, son los desocupados, los vagos, los que se creen el asunto de la compasión y conmigo nadie ha sido compasivo, por el contrario, siempre se me ha exigido más por ser de clase media arrancada.
Preocuparme por todos, era pasar por encima de mis debilidades y convertirme en un «astroman» Demostrarle al universo entero que como yo no hay nadie y que en menos de 5 años, estaría en el top de los Ingenieros más cotizados de mi país, y por supuesto, la mutinacional para la que trabajo estaría más que orgullosa, estaría hablando de la gran suerte al haberme contratado dentro de una selección de 25 aspirantes.
Comenzada la universidad, padecí de altos picos de estrés que me incapacitaban para estar presente en clases de manera tranquila y feliz como mis demás compañeros. Sufrí de migraña pero con algunas pastillas diarias le hacia el quite y ya estaba para continuar la maratón. Por supuesto no tenía tiempo para tener novia o salir a fiestas a perder mi tiempo socializando en reuniones donde solo sería diversión y pérdida del tiempo tan valioso. Practicaba consagradamente la frase «el tiempo es oro, no lo desperdicies»
Con ese método y la frase en la pared de mi cuarto que estaba enmarcada en frente de mi cama, comencé el ascenso social que estaba destinado para mi.
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Hoy estoy en una cama, con 29 años diagnosticado con cáncer de estomago y quise compartir mi historia. Para mi la pérdida de apetito resultaba normal, de hecho, le asociaba a mi positiva ansiedad de querer lograrlo todo antes de los 30. Cuando sentía dolores abdominales, no hacía más que ignorarlo o me tomaba un laxante pensando que sería que algo me habría caído mal y no me había percatado de ello. De hecho, los comerciales siempre advierten que si tienes dolor estomacal, tomate un laxante. Nunca te cuentan que pueden ser signos de alarma de que algo no esta muy bien con tu cuerpo – o al menos conmigo, no me di cuenta si algo de eso dicen- A veces, estando en la universidad, vomitaba pero me aseguraba de que estaba relacionado con alguna evaluación o porque estaba tenso por entregar algún trabajo. No le comentaba nada de esto a mi Madre, solo para no preocuparla. Ya suficiente tenía con los estragos de mi viejo.
Estoy en tratamiento pero las noticias no son muy alentadoras. Además, el sistema de salud, hace lo que puede, pero no hace milagros. Aunque yo estoy pidiéndolo hace ya 8 meses desde que me diagnosticaron.
El cáncer de estomago es poco frecuente en personas menores de 45 años y además, no se detecta en sus fases tempranas. Suele confundirse con gastritis por dejar de comer o acidez estomacal y buscamos aliviadores solo para resistir el dolor. Pero hace 8 meses cuando recibí la noticia entre en una depresión profunda que tampoco ayudo a ser receptivo con las primeras dosis de tratamiento.
Mi terapeuta esta ayudándome en esta etapa y me ha pedido compartir esta historia de una manera educativa y de generar un ruido en las cabezas de mis colegas para que estén presentes priorizando su salud, su día a día, y dejar de correr maratones que no están hechas para humanos.
Si vas a convertirte en Gerente de alguna empresa, sea la tuya o la de otro, en cualquier momento de tu vida esto sucederá como un flujo que va avanzando; y si no sucede, no existe la angustia porque habrás de vivir una vida acompañada por amigos, gente que necesitará de tus consejos, de tu amor, de tu saber, aunque sea para decirte que la selección de fútbol va de tercera en la tabla, que te enamorarás y disfrutarás de una vida de risas, anécdotas y que el finde te vas a visitar un lugar nuevo que no has conocido jamás: el museo nacional por ejemplo…
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Mi Doc me dijo que hay que recomendar una pelicula. Esta es la mia. La encontré y se llama «Amar la vida»
ATENTAMENTE:
UN MACHO QUE ESTA APRENDIENDO A VALORAR LA VIDA.
Mujer, haz una pausa en tu camino y ¡déjate pensar!@Mujer_Pazcana;revistapazcana@gmail.com;#MujerPazcana #VidaConCalidad #MujeresValientes #MujerReal #MujeresReales @RedMBxElMundo#RedMBxElMundo