Edición Diseño y Fotografía: Carolina Guzmán Sánchez || @CarolJAngel

Redacción: Martín Fernández

Volver a estar en el mercado luego de una relación larga y con planes de para siempre, hace que superar esa ruptura sin una esperanza de volver de nuevo se convierta en el reto imposible de lograr. Pero, se puede. Lo estoy haciendo.

En ocasiones firmamos un contrato desde el enamoramiento, pretendiendo que con este Estado emocional sin el ingrediente del análisis y la reflexión, nuestra relación con ese alguien que conocimos y vivimos una grata diversión, será duradero al estilo un “vivieron felices para siempre”

Pero cuando esto no sucede y de repente, lo que sospechábamos como una relación bien arraigada, con aceptación de esa novia o esposa por parte del grupo de amigos -no tanto así por la suegra,  mi mama si me advertía ‘hijo, esa niña no te conviene‘- a la que invertimos tiempo y mucho dinero en salidas, regalos, mejorar nuestros planes financieros y hasta sacar a crédito un automóvil y vivienda para hacerla feliz y así con este método, desafiar la estadística de separación, no pude evitar que me llegará de repente “Esto se acabó. Ya no podemos seguir juntos” me he devastado por completo.

Volver a estar en el mercado luego de una relación larga y con planes de para siempre hace que superar esa ruptura sin una esperanza de volver de nuevo, conlleve a sufrir unos días, semanas y meses como si de la necesidad por atravesar por una experiencia de ‘luto’ se tratara. Ya estoy terminado de pasar mi duelo, voy en la cuarta etapa, la del «aprendizaje y reconstrucción de proyecto de vida»

Cuando me dijo ese «FIN» me pregunté  ¿Qué estuvo tan mal? ¿Tiene a alguien? ¿De seguro alguien la influenció para que esto se acabará? Teníamos buen sexo ¿Que le aburrió? Revisamos y repasamos cada palabra, y a la larga encontramos que el estado de enamoramiento se marchitó y nunca apareció la mencionada construcción del Estado de Amor.

Volver al mercado pesa como una necesidad de venganza por el abandono sufrido.

Volvemos a las costosas invitaciones, recién ocurre la ruptura, para reafirmar que nosotros no somos el problema sino que lo son ellas.

Ellas son insaciables, caprichosas, y fantasiosas esperando la presencia de un príncipe azul que venga a su rescate. Deberíamos pedirle indemnización a Disney por tanto dolor e injusticia.

Lo último que escuché decir de ella es  que yo no resulté ser el suficiente macho que ella esperaba. El último año, luego de 7 años juntos de matrimonio sin hijos y 1 año de novios, le escuchaba como sermón el criticarme absolutamente todo, desde no llamarla a la hora que ella esperaba estuviera pensando en ella, de no hacerle el desayuno y llevarle flores al amanecer, de no invitar a mis suegros –ex ahora- los fines de semana a pasear o hasta llamarlos papa y mama – yo le decía en furia que respetara que mis viejos aún están vivos- que no le gustaba mi panza –la que sale después de los 30s- que no le gustaba como la miraba, o cuando le susurraba al oído palabras picantes para tener sexo, me criticaba si trataba bien a sus amigas, me hacia una tremenda escena de celos en donde llamaba a mi suegra –ex ahora- a darle quejas de mi ‘mal comportamiento’

He quedado, lastimado y temeroso de volver al mercado.

Mi mejor amigo me ha regalado unos libros de autoayuda que empezaron a ‘abrirme la cabeza en dos’ y a darme cuenta que eso que llamamos Amor, solo porque las mariposas se sienten en la pancita, no es tal cosa, es algo así como enamoramiento, en donde idealizamos a esa mujer y le otorgamos el poder de la sumisión, es decir, que como la idealizamos, esperamos que ella también lo haga con nosotros y entonces ella se vulnera a nuestros deseos y nos sentimos únicos, pero el enamoramiento puede durar entre 1 mes a máximo 2 años y yo, no tenía idea de esa estadística.

Cuando entramos en el Estado Amor, la cosa es diferente, ya no estamos idealizados y es por tanto necesario que nos acepten como somos y nosotros aceptarlas tal y como son.

Cosa difícil.

Empezar a verle los defectos y hacer de ellos una fiesta de tolerancia, aceptación y promulgación no mediante la crítica sino afirmando positivamente que gracias a su carácter dominante ella es la mujer más importante en la empresa en la que trabaja. O por ejemplo, si no resulta tierna y cariñosa, sino más bien una mujer que hay que conquistarla a punta de adularla cada día, empezar a afirmar que justamente ella se ve más radiante cuando las palabra correctas llegan a su corazón y yo las descubro desde la paciencia. Esto mismo también aplicado en viceversa.

No, nunca fue así con mi ex. Nunca entendimos que después del enamoramiento hay que pasar al convencimiento de que «me elegiste y que el amor se construye con disciplina y esfuerzo del confiar y asegurarse de que lo que eliges,‘es’ y por tanto debo hacer lo que sea necesario para no distraerme mirando el plato ajeno y diciendo que está mejor que el plato propio.»

La cosa es que ahora no puedo volver el tiempo atrás y salir de nuevo al mercado cuesta más que antes y con esta información nueva de desintoxicación de equivocaciones, tengo mucho más miedo que antes cuando no sabía nada.

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Entre pañuelos, pizza y cerveza me he encontrado con esta película que quiero recomendarte.

«Volver a Nacer» titulada en español o Venuto al mondo es la película del italiano Sergio Castellitto. Basada en la novela de Margaret Mazzantini:  ‘La palabra más hermosa’, aborda la cuestión de los lazos familiares, en un drama intenso, sensual y épico. Con el trasfondo de la guerra de Bosnia.

ATENTAMENTE:

UN MACHO QUE TIENE LA CLARIDAD QUE AMOR ES DIFERENTE DE ENAMORAMIENTO. MIENTRAS UNO ES UN SENTIMIENTO SOLIDO, EL OTRO ES UNA FANTASÍA TERMINABLE.

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