Yo no soy la ‘chacha’* de mi novia.

Edición: Psicóloga Carolina Guzmán Sánchez ||Encuentrame en Doctoralia 
Modelo: Eli Luna || Fotografía: Carolina Guzmán «Alias»Carol J Angel

 

A mi no me llames chacha.

Desde hace unos meses, vivo con mi chica, en un bonito pisito cerca del centro. Ella trabaja en una oficina cercana, y yo soy maestro en paro, estudiando en casa para conseguir una plaza en una escuela pública.

Ambos estamos cerca de los 30 años, y desde que vivimos juntos hemos visto cómo en nuestro entorno se han ido produciendo diferentes reacciones.

Nuestros abuelos, más mayores, ni siquiera aprueban que estemos viviendo juntos sin haber pasado antes por el altar. No queremos casarnos de momento y si alguna vez lo hacemos no será por la Iglesia, porque no somos creyentes. Pero entendemos la postura de los abuelos, tradicionales, que viven aún anclados en su época.

Nuestras madres son diferentes. Mientras que la mía nos ayuda en todo lo que podemos, la de mi novia no acaba de entender que en nuestra relación sea ella la que trabaja fuera y yo quien esté en casa.

Pero lo preocupante está en nuestra propia generación.

Gente de nuestro entorno, con nuestra edad, que sabe lo complicado que está el mercado laboral hoy en día, y aun así opina que no es normal que yo sea el amo de casa mientras ella gana su sueldo trabajando fuera.

En reuniones a las que asistimos tenemos que escuchar con frecuencia comentarios muy ofensivos y que dicen muy poco de la sociedad actual.

A mí, como hombre, me llaman «chacha» por limpiar y cocinar en casa.

«Chacha» es una palabra muy despectiva, que describe a una sirvienta, al servicio doméstico.

Yo no soy la chacha de mi novia.

Yo limpio mi casa porque vivo en ella. Yo cocino porque me gusta comer bien. Yo organizo la nevera y planifico la comida semanal porque paso el día en casa. Yo voy al banco a hacer gestiones y pagos de facturas porque tengo tiempo para ir por la mañana.

Mi novia pasa casi 10 horas al día en la oficina. Y cuando llega a casa, cansada después de días de trabajo duros, quiero disfrutar de ella. Quiero sentarme en el sofá con ella a tomar una copa de vino mientras vemos una película. No quiero que llegue a casa y tenga que limpiar el baño y preparar la comida para el día siguiente.

Si el hombre en una relación trabaja fuera, y la mujer en casa, hemos visto como algo normal que ella gestione las tareas domésticas. Pero en nuestro caso, que es a la inversa, me parece preocupante y muy ofensivo que a mí me califiquen como lo que tradicionalmente ha sido el papel de la sirvienta.

¿Qué clase de sociedad estamos creando, que piensa que la mujer debe estar al servicio del hombre en el hogar, pero si es el hombre quien lo hace se está degradando?

En casi un año que llevamos conviviendo así, me he convertido en un gran cocinero, he aprendido la importancia de separar los colores para hacer la colada, y sé diferenciar los distintos productos de limpieza para cada zona de la casa. Aunque cuando hay que coser un botón aún pido ayuda para enhebrar la aguja.

Ahora valoro aún más a las mujeres, que crecen jugando a ser amas de casa.

A la mayoría de mujeres, cuando niñas les ponen una cocinita de juguete y un muñeco en brazos para que ser ama de casa sea un juego para ella.

Y a mi chica, que durante años ha compaginado llevar la casa ella sola con los estudios y el trabajo a media jornada. Ellas son las heroínas de nuestra sociedad. Valorémonos. Tanto nuestro trabajo como el de ellas. Si a todos nos pusieran un juego de construcción delante desde que nacemos, habría muchos más arquitectos e ingenieros.

Cuando se invierten los roles y lo que debería ser normal resulta objeto de mofa, quien queda más en ridículo es la persona que lanza esos comentarios. Alguien cuadriculado que piensa que el trabajo doméstico es solamente cosa de mujeres, no merece tener a una mujer a su lado. Aunque es aún más preocupante que esos comentarios vengan incluso de otra mujer.

Al próximo que me llame «chacha» le pondría una escoba en una mano y un cesto de ropa sucia en la otra y me quedaría viendo, a ver qué pasa.


*Chacha: nombre despectivo que se le da a la mujer que realiza labores de limpieza. Sinónimos en latinoamérica: empleada doméstica, coima, muchacha del servix, guisa…

 

Por Irene Jímenez Garcia
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