Edición: Psicóloga Carolina Guzmán Sánchez ||Encuentrame en Doctoralia
Modelo: Eli Luna ||Fotografía: Carolina Guzmán «Alias»Carol J Angel
Y la muerte te arrebato de mí…
Hace ya casi diez meses mi amor que te has marchado, meses en los que te he extrañado mucho. Me he sentido sin rumbo, eras mi razón de existir y ahora solo existo sin razón.
Hoy soñé contigo, pude sentir tu cálido abrazo, fue maravilloso escuchar tu voz decirme “Te amo bebé”. Si… fue solo un sueño y el despertar fue terrible al ver mis brazos nuevamente vacíos, fue inevitable llorar, reclamarte el haberme dejado sola, preguntarle a Dios nuevamente ¿por qué tú, que eras tan bueno?, ¿por qué yo, que te necesito?… Acto divino, añoranza, inconsciente, suplica concedida… no lo sé. Pero como antaño, tu abrazo llegó para confortarme, para fortalecerme.
Mi amor, vivir sin ti ha sido difícil, sumamente difícil. Sin embargo, y como siempre lo supiste, ¡amo vivir!, pese a todo y aun con mi vehemente deseo de estar a tu lado, quiero disfrutar mi trayecto en este mundo. Seguramente llegará la resiliencia, pero hoy… hoy te echo de menos.
Avanzar sin ti
Casi a rastras he avanzado
he llorado con desesperación,
he maldecido, he suplicado,
he sentido la desolación.
Miro al cielo casi indefensa,
dolida le reclamo tu presencia,
pues amarga es la tristeza
que me ha dejado tu ausencia.
Perdida y sin rumbo fijo
las fuerzas voy recobrando,
pues tenerte fue un regocijo
por gracia divina prestado.
Y es por eso que yo avanzo
para no extrañarte tanto
pues al final de mi sendero
llegaré otra vez a tus brazos.
Por Félix Monserrat Medrano López
Todos los derechos reservados. 2015